Dune du Pyla y Atlántico...
Montignac, pueblo cercano a la gruta de Lascaux donde pudimos apreciar la pintura prehistórica de los magdalenianos.
Paseando por el borde de la Dordogne...
Con mucha pena nos despedimos la familia Bonnet, con la cual compartimos tardes inolvidables. Memorable será la última noche en que Bernard cantaba canciones tradicionales francesas y Mic le enseñaba a Pablo "...chevaliers de la table ronde, goutons voir si le vin est bon...."
Antes de ir a Arnave, a la casa de Yvan y Pauline, hicimos un alto en Toulouse....historia de recordar un poco tiempos lejanos. Recorrí mi antiguo barrio, Le Mirail, hice el camino hacia mi escuela (école Daniel Faucher mixte 2) y me paré en la esquina de mi edificio. Después nos tomamos un trago en el Capitol (la plaza), para luego tomar el tren local hacia Foix, donde nos esperaba Yvan para llevarnos a su casa en los Pirineos.
Parque de la prehistoria: aprendí que los magdalenianos (hombres de la prehistoria de por estas tierras) no vivían en cuevas, sino que en tiendas; cómo hacían el fuego (usaban la masquarite y un champiñon) e incluso nos enseñaron a lanzar flechas con un propulsor. Lo preferido de los niños fue la sesión de pintura de la prehistoria y la de Yvan y Pablo, el lanzamiento con propulsor...
Día de randonnée. Yvan nos llevó desde Arnave a Tarascon a través de la montaña. Fueron dos horas de marcha en subida...me canso de sólo recordarlo. Menos mal que al regreso el camino era plano y Pauline nos fue a rescatar en auto...
Como no todo era caminar y subir cerros, tambien pudimos disfrutar de la piscina municipal de un pueblito perdido en los Pirineos....
Les presentamos nuestro "viaje por el sendero cátaro". Logramos visitar tres castillos: Montségur, Puilaurens y Puivert.
Montségur es un sitio de peregrinación para cualquiera que se interese a la historia de los cátaros, a la búsqueda del santo grial o simplemente al pasado de la occitanie (el sur de Francia no era francés....fue conquistado por los franceses). Está en ruinas, pero es verdad que está cargado de historia. En este castillo estuvieron sitiados por años cátaros, resistiendo al invasor (los franceses enviados por el Papa. Finalmente fueron vencidos y prefierieron morir en la hogera que renunciar a su fé.
Esta es la entrada de la grotte de Niaux. Allí se encuentran pinturas de la época de los Magdalelianos, cuyos motivos son animales y sólo de color negro. Había que caminar 800 metros para llegar a la sala de las pinturas, todo a escuras y alumbrándose con lámparas. Los dibujos eran tan reales y precisos que costaba pensar que databan de la prehistoria...